El país

Negacionista: Villarruel atacó la lucha por memoria, verdad y justicia

La candidata a vicepresidenta por La Libertad Avanza realizó un acto provocador convocado para recordar a las "víctimas del terrorismo". Allí atacó lo que, ella cree, es el comunismo. Se trató de una clara negación de los crímenes de lesa humanidad de la última dictadura militar y de un ataque contra quienes en los setenta militaron para transformar esta sociedad.

Por Diego Iung

En un acto montado en la legislatura porteña custodiado por un fuerte operativo policial, como una verdadera provocación contra los cientos de miles que hace décadas vienen luchando por memoria, verdad y justicia, la compañera de fórmula de Javier Milei realizó un acto para ubicar a los militares genocidas como víctimas del "terrorismo", llegando a equiparar los años setenta con los atentados contra la AMIA y la Embajada de Israel.

Se trató de un acto realizado con el espíritu de volver sobre el viejo relato militar, atacando al comunismo, al ERP y a Montoneros y sin mencionar una palabra sobre los 30.000 detenidos desaparecidos. En ese espíritu, la abogada ultraderechista formada en los Estados Unidos, reclamó "justicia" y habló de "darle voz a los que no la tienen". ¿Se referiría acaso a aquellos que como el torturador Etchecolatz contaban para su defensa con el teléfono de la misma Villaruel en la agenda? ¿O de Jorge Rafael Videal a quién visitaba en la cárcel?

La diputada nacional, envalentonada con el resultado de las elecciones de La Libertad Avanza, que en un eventual gobierno de Milei ya comentó que se ocuparía de los temas de "defensa y seguridad" afirmó que "Ninguna de estas víctimas puede tener ninguna reparación de parte de estos terroristas que quisieron imponernos un estado autoritario, comunista." De lo que se trataron en concreto sus palabras fue de reivindicar la voz de aquellos que se dedicaron a exterminar a una generación entera para imponer los intereses políticos y económicos del imperialismo norteamericano, de la mano del FMI y también de los grandes empresarios, comenzando un ciclo de pobreza y dependencia que continúa hasta hoy y que la misma Villarruel busca continuar, de la mano de los planes de ajuste que se proponen llevar adelante junto a Javier Milei. El discurso de Villarruel busca ocultar que miles de militares asesinos aún están libres o murieron sin ser jamás juzgados, se desconoce el paradero de cientos de hijos apropiados y los archivos de la dictadura aún continúan sin ser abiertos para conocer el alcance de los crímenes del terrorismo de estado.

Villarruel, orgullosa heredera de la familia militar, cuyo padre fue parte del Operativo Independencia en Tucumán y segundo de Aldo Rico en Malvinas y cuyo tío fue uno de los torturadores del campo de concentración conocido como el Vesubio, busca profundizar la avanzada negacionista por la cual milita desde su juventud. Impunemente afirmó "desde el momento en que el estado viola los derechos humanos, no nos otorga la justicia y la memoria y nos esta discriminando" y continuó: "Después de décadas de demonizarnos y tratar de ponernos una mordaza ya no les tenemos ningún miedo. Ya nada pueden hacernos los que trataron de quitarnos todo incluida nuestra patria, quiero pedirle al pueblo argentino que tampoco tenga miedo y a pedir verdad y justicia."

Frente a la importante movilización que se concentró esta tarde para repudiar este acto, Villarruel provocó: "Los que se oponen a este homenaje son los que tienen manchadas las manos de la sangre de nuestros seres queridos, son los que monopoilizan el recuerdo porque en nombre del comunismo no nos dejan siquiera recordar a nuestros seres queridos".

Las palabras de esta derechista que habla de "libertad" pero niega los crímenes de la dictadura genocida y su envalentonamiento para llevar adelante estas demostraciones provocadoras no surgen por casualidad. Toman fuerza sobre el ajuste de largo aliento que han llevado adelante tanto el gobierno de Juntos por el Cambio como el del Frente de Todos - hoy renombrado Unión por la Patria -, que viene trayendo como consecuencia el crecimiento del malestar social y el individualismo.

Sin embargo, de esta manera, lejos de intimidar a quienes venimos peleando hace décadas por memoria, verdad y justicia, estos actos patoteriles no hacen más que reactualizar la necesidad de continuar la pelea contra la impunidad de ayer y de hoy. Contra los crímenes de la dictadura, pero también contra la impunidad y el amparo que todos los gobiernos han dado en estos años de régimen democrático a las fuerzas represivas responsables del gatillo fácil, las mismas que en estos años hicieron desaparecer a Jorge Julio López, son responsables de la desaparición seguida de muerte de Santiago Maldonado, así como de llevar a cabo cientos de represiones contra cualquier lucha popular, de norte a sur.

Fuente: LID