La campaña sucia anti-mapuche no tiene límites. Desde un perfil de face hicieron una especie de lista negra en la que me señalaron con óvalo rojo porque, según su ojo de lince, no doy el perfil genético de lo que se supone es un mapuche.
Ese criterio racialista que quiere estudio de ADN lo encontré en el juez Calcagno que le dijo a Mirta Loncón que no podía ser mapuche por sus ojos verdes; en una jueza de Fiske que escribió en un fallo contra Mario Rojas de Kospi que no lo reconocía como mapuche porque maneja una camioneta, sabe leer y escribir y se viste como se viste. Nada nuevo. Pero altamente peligroso.
De mi parte hace mucho tiempo que decidí asumir todas las consecuencias de integrar la luchar histórica y estratégica del pueblo mapuche-tehuelce. Así es que no es el escrache lo que me preocupa, sino la práctica de las listas negras. Debe ser un troll. El punto es quién está detrás de esas identidades falsas.